Analogía, del griego αναλογíα (ana —reiteración o comparación— y logos,estudio), significa comparación o relación entre varias cosas, razones o conceptos; comparar o relacionar dos o más seres u objetos a través de la razón; señalando características generales y particulares comunes que permiten justificar la existencia de una propiedad en uno, a partir de la existencia de dicha propiedad en los otros.
En el aspecto lógico, permite comparar un objeto con otros, en sus semejanzas y en sus diferencias.1 Una analogía permite la deducción de un término desconocido a partir del análisis de la relación que se establece entre dos términos de ella conocidos.
La analogía posibilita una vía inductiva de argumentar. Nos permite intentar representar un pensamiento o experiencia respecto a un objeto a través de una comparación de distintas dinámicas o situaciones; dando a entender que éstas comparten similitudes.
En la psicología del aprendizaje por experiencia, la imitación convertida en reglas de conducta supone la confianza inductiva de que actuando de la misma forma en situaciones análogas se obtendrá el mismo resultado, si éste es satisfactorio.
En Sociología el proceso de endoculturación consiste en la valoración de situaciones análogas para establecer la moral y las reglas de conducta en la aceptación de los roles y normas sociales. La propaganda y la moda explotan enormemente la tendencia a la imitación generando modelos a los que compararse uno mismo, como garantía del éxito y la estima social.
La artesanía y la técnica encuentran su fundamento en que, actuando de la misma forma, en situaciones análogas, siguiendo las mismas reglas, la acción alcanzará como resultado el fin que se busca.
La lingüística encuentra analogías especiales en el problema de las variaciones semánticas y variaciones etimológicas, respecto al uso de las palabras o el sentido del discurso: las figuras retóricas de la comparación, la alegoría y la metáfora son las figuras a las que la analogía presta su sentido.
En Derecho, la analogía constituye el fundamento de poder considerar casos semejantes mediante una cuidadosa comparación. Tal es el fundamento de la jurisprudencia.
En Filosofía se destaca la importancia de la analogía, no tanto como modo de argumentación, sino como característica de los términos con los que se construye el discurso. En este sentido se distinguen, en la filosofía tradicional, dos modos de analogía: de atribución y de proporcionalidad; siendo utilizadas estas distinciones para precisar el modo en que es posible para el hombre el conocimiento de Dios. La filosofía actual considera el problema de la analogía ligado a lo lógico y lingüístico y como fundamentación en la epistemología y filosofía de la ciencia.